viernes, 15 de agosto de 2025

Entrevista a Daniel Torres

Hoy entrevistamos a Daniel Torres. Nacido a finales de los cincuenta en la comarca valenciana del Valle de Ayora, es uno de los historietistas más relevantes de las últimas décadas. De trazo limpio y perfecto dominio del espacio, ha creado personajes tan icónicos como Roco Vargas, Opium o el dinosaurio Tom.

Licenciado en Bellas Artes con amplios conocimientos de arquitectura, ha publicado en revistas como Cimoc y El Víbora, ha colaborado con Alan Moore en una edición de The Spirit, y ha diseñado portadas para grupos musicales como S.O.S, Spock y Orquesta Platería. Ha recibido premios por sus obras Saxxon y El octavo día, así como el Gran Premio a la trayectoria profesional por el Salón Internacional del Comic de Barcelona este mismo año.

Recién estrenado el álbum El futuro que no fue, trabaja actualmente en las memorias de Roco Vargas. Hoy compartimos con vosotros unas reflexiones de Daniel Torres sobre su obra, la ciencia-ficción y el arte en general.

Selegna Bondariam.- Hola, señor Torres. Bienvenido a Albedo 0.38 y gracias por concedernos esta entrevista.

Daniel Torres.- Encantado de estar con los escuchantes de Albedo.

Selegna Bondariam.- Desde sus inicios profesionales, la novela negra y la ciencia-ficción han hospedado a personajes icónicos de su obra. ¿Cómo se construye un universo como el de Roco Vargas? ¿Necesitó mucha documentación? 

Daniel Torres.- El universo de Roco Vargas lleva ni más ni menos de 40 años construyéndose. Sí, comencé en el 81-82 y hasta ahora, ahora mismo estoy trabajando con el personaje.

Y hay que recordar que para entonces, bueno, son los años 80, hay una gran efervescencia a nivel cultural, a nivel también, de recuperación de géneros que se habían, géneros populares, que no habían pasado la mejor vida, pero bueno, habían estado un poco olvidados, un tanto olvidados. Entonces, está la recuperación de la ciencia ficción más popular y la novela negra, la novela de aventuras, por sí, pues tiene lugar en aquellos momentos y yo como un joven que recibo todas esas influencias, pues decido, en un momento dado, en el que vengo de la publicación de otro personaje anterior a Roco Vargas, que es Opium, también un personaje pastiche, decido construir un personaje de ciencia ficción, llamémoslo así. Aunque habría que distinguir, sabemos que en la ciencia ficción hay dos ramas principales, que son la ciencia ficción blanda y la dura.

La dura es la que hace caso de las leyes físicas y de las leyes del espacio y la blanda es la que se las pasa por el forro, para entendernos. Y yo he cultivado esta segunda. Entonces, yo quería construir un personaje más cercano a lo que se puede llamar la space opera, que a la ciencia ficción dura, a los personajes que están al tanto de si pueden aterrizar o no en un planeta porque hay oxígeno, hay atmósfera o porque la gravedad los va a aplastar o van a salir volando si dan un salto.

Y yo decidí olvidar todo eso y pasar a un personaje, como he dicho, más novelesco, más de aventura pura, sin fijarme en estos detalles. Y poco a poco fui construyendo el personaje de Roco Vargas. Y son nueve las aventuras que hay hasta ahora, más un libro de bocetos y el libro que estoy haciendo en estos momentos, que serán ya diez entonces.

Y bueno, ha sido una larga andadura y ya digo que los personajes se construyen un poco o un bastante, depende en los cuadernos de estudio y de donde se proyectan estas cosas. Pero se construyen muchos sobre la marcha. Es un, cómo se dice, work in progress ¿verdad? Mientras uno va trabajando tanto en los guiones como en los bocetos, como en el dibujo, como en el color, etc., va construyendo el personaje.

Hasta el punto que, como ya habréis oído muchas veces a muchos creadores, el personaje tiene vida propia y, bueno, llega un momento que es el personaje el que le dice al autor por dónde hay que ir. La documentación para construir el personaje de Roco Vargas, o cualquier personaje con el que uno quiera hacer una serie más o menos larga, pues obviamente depende del ambiente en el que se vaya a desarrollar las historias, pues es una documentación importante. Hay que manejar datos, hay que manejar ideas y ver en qué se basan los hechos que uno cuenta, etc.

Esto no se le escapa a nadie. Aunque uno esté haciendo una obra de ficción o aunque uno esté haciendo una obra de ciencia ficción, o aunque, como es mi caso, he dicho antes, yo estoy haciendo ciencia ficción blanda, con lo cual quiero decir que la documentación me sirve un poco de manera tangencial, pero es necesaria, es muy importante. Y a mí, además, me gusta mucho buscar y utilizar documentación porque es la única manera, creo yo, de que un personaje se enriquezca y tenga esos visos de verosimilitud que son necesarios para que un personaje sea creíble por el lector. En este sentido, aparte de la documentación, en la época en la que construí el personaje, pues fijaos que había varias influencias muy importantes. Aparte de literatura, pues no sé, Philip K. Dick, Asimov, Heinlein, en fin, un montón de gente más. En cine, fijaos que es el momento en el que se van a estrenar inminentemente 2001, Odisea del Espacio, Star Wars, Blade Runner, Atmosfera 0, el Dune de David Lynch, etc. Con lo cual, a todo esto uno es permeable, por mucho que no quiera serlo, cuando está trabajando en un género específico y que permite muchas derivas como éste.

Selegna Bondariam.- Ha puesto sus conocimientos de arquitectura al servicio de la estética retrofuturista. ¿En qué punto ha encontrado una conexión entre el dibujo técnico y la novela gráfica? ¿Qué le llamó la atención para recuperar el estilo depurado y suntuoso de los años 20?

Daniel Torres.- Yo estudié unos años de arquitectura mientras estudiaba también Bellas Artes. Luego dejé la carrera de arquitectura. Pero siempre mantuve, supongo que a lo mejor por tener el cargo de conciencia, por haber dejado la carrera de arquitectura, pues he mantenido siempre un gusto por la arquitectura. Esto lo puede ver cualquiera que vea mi obra, tanto los cómics como las ilustraciones que hago.

Porque, sencillamente, creo que la arquitectura, siempre lo he dicho, es un personaje más dentro de la historia, del background de la historia, del guión. Es un personaje que puede estar como de figurante, pero también puede ser un personaje importante dentro de la obra. Entonces, todos mis conocimientos que tenía yo de arquitectura, o más que conocimientos, el gusto por la arquitectura, yo compraba entonces muchas revistas de arquitectura, muchos libros. Y estaba al tanto, vamos, tanto de la arquitectura que se hacía en aquel momento, como la arquitectura del movimiento moderno, como la historia de la arquitectura. Y me ha costado mucho, así como hablábamos antes de documentación, utilizarla como documentación variada, a la que acudir, con la que enriquecer todo lo que iba haciendo. Es decir, un personaje no se mueve en un lugar vacío; está en una habitación, o en un paisaje, o en una ciudad, en una calle, y todo eso se tiene que construir también. Porque si no, el personaje no tendría los pies en la tierra. Incluso un personaje que sea un astronauta.

Tenemos que tener en cuenta que ese personaje está vinculado a un espacio, no al espacio estelar. Está vinculado a un espacio físico, tanto si es el interior de su nave, como si es el lugar donde aterriza, o el lugar desde el que ha despegado, y todo eso es arquitectura. La arquitectura no es más que la ordenación del espacio y de la luz. O sea que todo eso hay que tenerlo en cuenta.

Y luego, ya dentro de la arquitectura, empecé con Roco, pero antes también, este otro personaje que os he comentado, de Opium, empecé a hacer pastiche con la arquitectura. Esto que se llamaba entonces el eclecticismo. Y cogía y mezclaba estilos que a mí me gustaban particularmente. Los años 20, 30, 40, 50, el modernismo, etc. Y lo que hacía era, siempre como he utilizado la documentación, coger lo que me interesa y variarlo y meterlo en mi mundo. Y de todo esto, sale este estilo que se ha llamado retrofuturo, dieselpunk, y yo lo llamo particularmente el futuro que no fue

Selegna Bondariam.- ¿Encuentra algún paralelismo entre la efervescencia cultural de los años ochenta y la actualidad? ¿Cree que se dan las condiciones para que los autores busquen nuevos caminos experimentando con el medio?

Daniel Torres.- Los años 80 es que fueron muy particulares. En este país sobre todo, porque veníamos del fin de la dictadura. Hacía cinco o seis años que había muerto Franco. Como he comentado al principio también, había una efervescencia especial por cosas que o estaban prohibidas o no estaban al alcance de todo el mundo unos años antes. Y la generación de que éramos jóvenes entonces queríamos explorar nuevos territorios. Esto no es nuevo, quiero decir, los jóvenes siempre hacen esto. Digo más, están obligados los jóvenes a explorar nuevos territorios. No a quedarse en los territorios ya recorridos. En ese sentido, aquellos años fueron particularmente fructíferos. Se recuperaron muchas cosas a nivel de ediciones, a nivel de cine, de cómic, de literatura.

Insisto, todo el aspecto un poco cultural y de medios de masa, de cultura popular. En realidad siempre ha estado, pero entonces es cuando, gracias a Humberto Eco por ejemplo, se reivindica un poco lo válido que es la cultura popular. Es decir, la cultura popular no es cultura con minúscula, es cultura con mayúscula como cualquier otra cultura.

Entonces, en aquel momento, queriéndolo o no, estamos reivindicando esa puesta de largo, esa importancia de la cultura popular, de los géneros, de la creación como algo sublime, pero también como divertimento. ¿Por qué hay que aburrirse con una creación? ¿Por qué no divertirse a la par que estás asistiendo a un mundo nuevo? Esta era un poco la idea.

Y a eso nos dedicábamos. Y además éramos jóvenes, teníamos más fuerza que ahora y podíamos dedicar todos nuestros esfuerzos y toda nuestra ilusión a explorar ese nuevo mundo. Ahora mismo, claro, es que en los años 90 llega el mundo digital. En los años 90 y 2000 llega el mundo digital y esto cambia todo mucho. Y luego el mundo editorial también ha cambiado muchísimo. Imaginad lo que ha podido cambiar en 40 años, cuando en los años 80 prácticamente comienza a nivel de cómic, comienza entonces el cómic moderno, por llamarlo así. No había editoriales y se crean en esos momentos. Ahora es todo muy distinto, ahora hay mucho camino de recorrido, pero como digo antes, a mí me parece que el deber de los jóvenes creadores es investigar. No quedarse con los lenguajes y con los caminos y con las cosas ya hechas, sino a partir de ellas o partiendo de otros presupuestos hacer su obra. Y hacer su obra de manera que sea original, aunque deba cosas a las obras anteriores, por supuesto.

Selegna Bondariam.- La ironía es un recurso inteligente que usted emplea en un amargo retrato de la sociedad. ¿A estas alturas piensa que puede ser de alguna utilidad social o no tenemos remedio?

Daniel Torres.- Yo creo que la ironía es el humor utilizado con un propósito determinado y con inteligencia. Y con una intención clara, pero que no esté manifiestamente clara. Y yo lo he hecho siempre, no sé por qué. La verdad es que tendría que psicoanalizarme para saber por qué.

Nada más comenzar a hacer cosas como creador, como dibujante y autor de cómics, todo lo arropo con una capa de ironía. Para mí es importante, porque aunque estés trabajando en el género que sea, la ironía te permite hacer un retrato de la sociedad, incluso de una sociedad ficticia, de ciencia ficción. Te permite hacer un retrato muy acertado, pero desde fuera, como si fueras un testigo que das tu visión sobre lo que está pasando. Y tu visión puede ser más o menos de enfado, pero para no caer en extremos, es por lo que utilizas la ironía. Por ejemplo, el último libro que he publicado, que se llama El futuro que no fue, de un personaje del mundo Roco Vargas, es un libro que tiene bastante mala leche. Y esa mala leche está canalizada a través de la ironía.

A mí no se me ocurriría comenzar en este libro, o en cualquiera, o en la historia que cuenta, empezar a insultar. Me parece que no tiene sentido. Por muy enfadado que estés. Entonces, lo que hago es retratar con ironía cosas que a mí no me gustan como son. En el caso de este libro en concreto, si los que lo hayan visto verán que se habla de una cosa que ahí se llama ruido. No me gusta el ruido, nunca me ha gustado, y no me refiero solo al ruido auditivo, a los sonidos estridentes o malsonantes. Me refiero al ruido visual, al ruido moral, y a un montón de ruidos que creo que cada vez estamos soportando más cantidad, y hay mucha gente a la que al parecer no le importa, pero hay gente a la que estamos muy hartos de todo este ruido ambiente. Y por eso utilizo el recurso de la ironía, porque salir a la calle y empezar a gritar que no me gusta el ruido, la verdad que sería un poco tonto.

Y lo hago de esta forma para que el que quiera leer entre líneas lo lea, y el que no, se quede tan tranquilo y se quede con la historia sin entrar en esa especial ironía, que ya digo, es muy seria. Yo creo que la ironía, su función ha sido siempre una función social. Incluso yo diría más, es una función que tiene que ver con la sanidad pública. El día que no seamos capaces de encontrar la ironía, de reírnos sanamente y denunciar con esa risa las cosas que no nos gustan, porque realmente son deleznables, ese día me parece que no tendremos remedio, como dices tú.

Selegna Bondariam.- ¿Ha pensado alguna vez en la música dentro del universo Roco Vargas? ¿Qué banda sonora tendría esa novela gráfica?

Daniel Torres.- Sí, claro que he pensado en la música. Yo trabajo con música. Sobre todo música clásica y jazz. También algo de blues, pop, rock, en fin, básicamente música clásica y jazz. Dentro de la banda sonora de Roco Vargas está, digo obviamente porque yo lo tengo muy interiorizado, está el Vangelis de Blade Runner, que ya digo que fue un descubrimiento esa película en aquel momento. Fue muy importante. Yo además tenía el disco en vinilo. Fijaos, todavía no habían CDs. Yo tenía el disco en vinilo de la banda sonora, entonces me lo ponía mientras dibujaba Roco Vargas.

En un mundo como el de la ciencia ficción, en el que obviamente se está trabajando con el espacio, el espacio sideral y el tiempo, es apropiadísimo trabajar y pensar en la música. Hay tantos temas, tanto de música clásica, como de música ambiental, como de música del espacio, que también hay, como este podcast se dedica a divulgar, que le dan un background sonoro a este género.

Tanto si eres creador como si eres lector o visualizador, obviamente en las películas está la banda sonora, que es una parte muy importante. Pero si estás leyendo un cómic o una novela, si tienes como una banda sonora que acompaña al tema y a lo que estás leyendo, y si además por casualidad o porque tú sabes mucho, has puesto una banda sonora muy adecuada, entonces yo supongo que te lo vas a pasar muchísimo mejor.

Selegna Bondariam.- Coméntenos en qué proyecto trabaja actualmente.

Daniel Torres.- Yo creo que en estos momentos estoy trabajando en las memorias de Roco Vargas. Como su nombre indica, es una recopilación del pasado del personaje. Todo transcurre en un día en el que un joven dibujante, que se llama Daniel Torres, conoce a Roco Vargas y este le va enseñando un montón de fotografías, de postales, de cosas personales que tiene ahí. Y a raíz de esas imágenes, que básicamente es un libro de ilustraciones, vamos a ir conociendo cosas del pasado de Roco Vargas que no han aparecido en los libros.

Selegna Bondariam.- Recomiéndenos un par de libros, cómics o películas.

Daniel Torres.- Libros hay tantos que no sé qué decir. Ahora que parece que han hecho una serie, siempre es interesante el ciclo de las fundaciones de Asimov.

Siempre me pasa lo mismo. Cuando me veo obligado a dar una recomendación sobre algo, veo que me dejo muchas cosas detrás. 

¿Película de ciencia ficción? Todas las que he comentado antes y alguna más moderna. Por ejemplo, Arrival de Villeneuve. Me parece una película maravillosa. La he visto tres o cuatro veces. No me canso de verla, porque el guion es fantástico, la música es maravillosa, la interpretación. Esa atracción que nos hace en el espectador el objeto que está levitando y los personajes que hay dentro. Hay una curiosidad morbosa, hay una atracción, al mismo tiempo que nos da un poco de miedo. Todo eso el director lo ha hecho maravillosamente bien.

Y luego también el Blade Runner 2049. La primera vez que la vi en el cine, la verdad es que me decepcionó un poquito. Pero en dos visionados que he hecho posteriores, cada vez me ha gustado más. No es que la coloque al nivel de la primera, tampoco es cuestión de poner un podio aquí, pero me gusta mucho el ambiente que retrata. 

Selegna Bondariam.- Muchas gracias y suerte en todos sus proyectos.

Daniel Torres.- Muchas gracias a vosotros por escucharme y a Selegna por el podcast que está haciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario